El precio del petróleo pasó los $us 95/barril ¿por qué no festejamos?

¿Por qué la queja de los gobiernos central y regionales por la falta de recursos?

Pagina Siete

2022-02-20

Durante los años 2011 y 2014 el precio internacional el petróleo (el llamado WTI) cruzó varias veces la mítica barrera de los 100 dólares americanos por barril de petróleo, de hecho, el promedio anual del año 2013 fue $us 98. En ese momento todo era gozo y alegría. Los ingresos por regalías e IDH subían y así el gobierno central, las gobernaciones, alcaldías, universidades públicas, YPFB, el fondo indígena y todas aquellas instituciones que recibieron “el dinero del gas” fueron felices. La razón era clara, mayores precios internacionales del petróleo, mayores precios de exportación de gas natural, mayores ingresos por regalías e IDH y mayor capacidad de gasto. De regreso al presente.

Desde el segundo semestre del año 2021 los precios internacionales del petróleo vienen creciendo aceleradamente y, como lo mencioné en el título de este artículo, esta semana el precio pasó los $us 95 por barril. Entonces surgen algunas preguntas.

¿Por qué no estamos felices como en el pasado?

¿Por qué la queja de los gobiernos central y regionales por la falta de recursos?

¿Por qué estos notables precios del petróleo apenas nos generan una pequeña sonrisa?

¿Qué está pasando aquí?

La variable que explica este contraste entre el gozo pasado y la alegría moderada presente es la producción de gas natural. De acuerdo con información del INE, el año 2014, cuando los precios internacionales del petróleo eran altos, la producción de gas natural promedio anual fue casi de 61 millones de mcd (metros cúbicos por día), el año pasado dicha producción fue un poco menos de 43 millones. Una caída de 61 a 43 o, una disminución del 29,5%.

Entonces, pese a precios internacionales elevados, hoy en día la producción (y capacidad de exportación) de gas natural boliviana es menor y, por tanto, los ingresos no son aquellas cifras fantásticas de años pasados.

Para rematar, hay un efecto negativo adicional. Menor nivel de producción de gas natural y petróleo implica menor producción de gasolina y diésel oíl y, por tanto, mayores niveles de importación de estos productos terminados. Importación que debe hacerse a precios internacionales.

De acuerdo al Banco Central de Bolivia, el año 2014 las importaciones de combustibles y lubricantes fue de $us 1,216 millones, cálculos preliminares míos arrojan una cifra de $us 1,950 millones para el año 2021, un incremento del 60%.

¿Por qué un mayor valor de importaciones de combustibles genera dolores de cabeza al Estado?

La respuesta tiene un solo nombre: subsidios. Mientras mayores sean los precios y volúmenes importados, el monto del subsidio al diésel oíl y gasolina se incrementa, el negocio que hace el Estado es así: compra caro (de afuera) y vende barato a los bolivianos. Y ¡ojo! Como lo mencioné en un artículo previo, el financiamiento de los subsidios no lo hace el presidente de Bolivia, el ministro o los asambleístas… lo hacemos todos nosotros cuando pagamos impuestos ya que, con dichos impuestos, luego se hace la transacción de “comprar caro para vender barato”.

Y bueno, quizás usted se pregunte ¿y todo esto qué me importa?, ¿me afecta de alguna manera? De muchas, respondería yo.

1.- Si usted trabajaba en el sector público y de pronto “no había plata para más ítems”, ello se debe a los menores ingresos fiscales del gas;

2.- Si de pronto, el banco donde trabaja ve un incremento en la mora, sobre todo de empresas constructoras, ello con alta probabilidad se debe a que municipios y gobernaciones ya no reciben “tanto” Impuesto Directo a los Hidrocarburos como lo hacían antes y, por tanto, hay problemas de financiamiento de la inversión pública;

3.- Por último, ¿hace cuánto que no recibe el doble aguinaldo? Sí, sí, sí… sé que el 2020 se debió al Covid, pero solo ese año; la caída en el crecimiento económico se debe, entre otras cosas, a la menor exportación de gas.

Quise exponer los temas micro, porque los macro -como mayor déficit fiscal, caída en reservas del BCB, mayor importación de gasolina, mayor déficit en cuenta corriente, desaceleración del PIB, multas pagadas por YPFB, adendas a los contratos con Brasil y Argentina para disminuir volúmenes- parecen muy ajenas a día al día… pero igual existen.

Para terminar, quisiera plantearle un desafío en forma de pregunta

 ¿Qué otro sector económico boliviano podría reemplazar al gas natural?

¿Hay algún otro sector económico que pueda tributar más del 50% de sus ingresos brutos?, (sí, de los ingresos brutos)

¿O quizás debemos dejar de pensar en cargas fiscales y concentrarnos más en el aporte al empleo e inversión privada de cada sector económico?

¿Es el tamaño del gobierno/estado boliviano el adecuado?

El desafío está planteado.

Mauricio Medinaceli Monrroy es consultor energético y exministro de Hidrocarburos (www.mmedinaceli.com)

TOMADO DE: http://www.paginasiete.bo


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