Miguel Angel Miranda

opinion.com.bo

2023-03-05

América Latina está viviendo graves retrocesos en derechos humanos. Podemos advertirlo poniendo el foco en acontecimientos actuales.

En pasados días, los medios mostraron las imágenes de 2.000 presos salvadoreños trasladados a una megaprisión. La organización internacional Human Rights Watch ha denunciado que el hecho solo representa una exhibición mediática del poder del presidente Bukele y una estrategia para desviar la atención de la acusación penal que ha iniciado el Departamento de Justicia de EEUU contra autoridades del gobierno salvadoreño por presuntas negociaciones con pandillas, otorgándoles privilegios, a cambio de disminuir las tasas de homicidio y obtener apoyo electoral.

El apoyo popular de Bukele se debe a que se presenta como abanderado de la lucha contra la delincuencia, en una sociedad azotada por la violencia y la pobreza. La utilización mediática de esta “lucha contra la delincuencia” revela que, en realidad, se producen graves retrocesos en DDHH. Como afirma Juan Pappier, investigador de HRW: “El objetivo es hacer creer que Bukele es el hombre fuerte de El Salvador que está terminando con los criminales y no hay derechos humanos ni leyes ni constituciones que lo detengan. Son imágenes tan controversiales que cumplen su principal objetivo: desviar la atención”.

En Bolivia, en pasados días el exdirector de Culturas del municipio de Uncía (Potosí) Martín Choque denunció que él y su familia fueron víctimas de brutales agresiones, provocadas por partidarios de Evo Morales, luego que Choque, en un acto cultural organizado por su despacho, retirara una silla de la testera en la que pretendía sentarse Morales, quien había irrumpido en el acto para hacer proselitismo político. Hasta ahora, ninguna autoridad ha intervenido para hacer justicia a Martín Choque, cuya esposa e hijos fueron, además, expulsados de la comunidad indígena donde vivían.

Ambos casos representan graves retrocesos en DDHH, pues se producen en contextos de alto deterioro de las instituciones democráticas y el Estado de Derecho, deterioro que es promovido por gobiernos que, emergiendo en las urnas con gran apoyo popular, degeneran en regímenes autoritarios que no respetan normas constitucionales y garantías básicas de derechos.

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