Así estamos. Aunque sigan tratando de convencernos de lo contrario, lo cierto es que hemos llegado a límites muy peligrosos que pueden poner en serio riesgo la estabilidad macroeconómica que recuperamos en 1985. El gobierno viene jugando con fuego desde que se nos acabó la bonanza de precios internacionales y era inevitable que en algún momento empezáramos a pagar las consecuencias de la juerga. ¡Y no nos digan que no se los advertimos! Llevamos años haciendo sonar las alarmas, pero para el gobierno solo éramos “jinetes del apocalipsis” que exagerábamos de mala leche. Nada los hacía retroceder. Le metían nomás y así nos fue.